Madres bacheadoras sin celebración del 10 de Mayo

En medio de la cinta asfáltica, entre autos y mototaxis, bajo los intensos rayos del sol, transcurre el 10 de mayo para Sheyla, una joven madre soltera que al igual  que todos los días, repara baches en alguna de las calles deterioradas del municipio de Chimalhuacán, aquí su historia.  

Redacción
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Madres bacheadoras
Sheyla y su familia se dedican desde hace ya varios años a reparar la carpeta asfáltica.

Por Miguel Ángel González

En medio de la cinta asfáltica, entre autos y mototaxis, bajo los intensos rayos del sol, transcurre el 10 de mayo para Sheyla, una joven madre soltera que al igual  que todos los días, repara baches en alguna de las calles deterioradas del municipio de Chimalhuacán, para llevar sustento a su hogar.

Hace ocho años Sheyla y su familia se dedicaban a la selección de materiales de desecho para reciclaje, sin embargo, cuando se ordenó el cierre definitivo del tiradero controlado de Chimalhuacán, decenas de familias se quedaron sin su fuente de ingresos.

Para sobrevivir, y llevar el sustento a sus tres hijos, ella aprendió varias formas de preparar mezcla asfáltica y realizar trabajos de reparación de baches en calles y avenidas.

“Yo me dedico desde hace ocho años a esto, yo se los enseñé a mis papás y a mis hermanos y ya de ahí nosotros pues nos autoempleamos, pero hacemos sólo bacheo superficial y también pues ayudamos a demás familias como yo, que soy mamá soltera”, comenta Sheyla.

Es mediodía y el termómetro se eleva hasta los 33 grados centígrados,  Sheyla y su cuadrilla, integrada por sus padres y otros jóvenes, trabajan en medio del tránsito vehicular.

Al mismo tiempo otros miembros de la brigada piden una cooperación voluntaria a los automovilistas y mototaxistas que circulan por el sitio, muchos de los cuales simplemente los ignoran

“Nosotros trabajábamos en un relleno sanitario como pepenadores al quemarse, al cerrarse pues perdimos nuestro empleo, somos varias familias las que trabajamos, nos autoempleamos gracias a que mis hijos a través de su caminar ellos encontraron con un ingeniero, les enseñó las mezclas asfálticas en frio y bueno de esa manera es un material reciclaje porque bueno es del que levantan en las carreteras”, comenta Ana Flor, madre de Sheyla.

A sus 29 años Sheyla mantiene la esperanza de encontrar algún tipo de apoyo gubernamental o privado para constituir una miniempresa asfaltadora, pero por lo pronto este 10 de mayo, fue otro día de trabajo para estas madres de familia quienes, pese a la indiferencia de muchos automovilistas, y de las autoridades municipales responsables de dar mantenimiento a las vialidades, siguen ayudando a repararlas.